Las
      cinco cartas que hemos “rescatado” 
      de la revista “Materiales”, fueron publicadas en 
      los meses de marzo-abril de 1978, en plena fase “transicional”,
      y nos acercan a un debate genérico entre marxismo, anarcosindicalismo y
      eurocomunismo que tiene para nosotros un valor “histórico” simbólico.
Queremos
      resaltar, para empezar, que no estamos ante una exposición sistematizada
      de diversas orientaciones políticas en el que las mismas se expresan con
      todas sus posibles potencialidades. El debate epistolar tiene algunas
      ventajas, pero entre sus insuficiencias está aquella que une elementos
      dispersos...
La
      importancia, de esta pequeña pero grata intervención, la queremos
      resumir en dos aspectos que nos gustaría resaltar.
En
      primer lugar, aquello que podríamos llamar su “expresión discursiva”
      en tiempos de transición. Dicha expresión nos lleva a ubicarla dentro
      del genero de “las grandes ideas” que la izquierda preconizaba, cuando
      todavía la posible creencia en el socialismo (con sus diversas variables)
      era un tema que parecía tener sentido. Es bueno tenerlo en cuenta, porque
      la revista en la que se expresó esta controversia epistolar, no era ningún
      reducto “ultra-sectario” o “minoritario”, sino que en el se
      agrupaban una buena parte de una cierta “inteligentsia” de izquierdas
      (básicamente de orígenes marxistas) y con una formación teórica nada
      desdeñable. 
En
      segundo lugar, porque en el desarrollo del texto se nos demuestra en buena
      parte, la presencia de un “anarquismo obrero” que no solo se
      reivindica por su fértil pasado sino también por su presente y por su
      posible futuro.
Sirva
      esta cita como referencia de lo que afirmamos:
      
      
      
      
“(...) De
      todos modos, ésa si que me parece empresa importante, por lo menos en
      España, donde el anarquismo obrero todavía existe de verdad. Una de las
      primeras condiciones posibilitadoras de la tarea que digo es la vitalidad
      del anarquismo obrero, y aquí particularmente, de la Confederación
      Nacional del Trabajo (CNT). Por lo tanto, hay que defender a la CNT contra
      el cerco en que el poder esta intentado encerrarla.”
      
      
      
      
(Pag.127 de la
      contestación de Manuel Sacristán)  
