La
creciente oposición al dominio mundial del capitalismo empresarial
tiene que luchar con la sostenida vigencia de este dominio: su poderío
económico y militar en los cuatro continentes, su imperio neocolonial y,
lo que es más importante, su inconmovible capacidad para someter a la
mayor parte de la población subyacente a su vigor
y productividad abrumadoras. Este poderío mundial mantiene a la
defensiva al mundo socialista, a un elevadísimo costo, no sólo en
términos de gastos militares, sino también en lo que se refiere a la
perpetuación de una burocracia represiva(...) Hasta ahora, uno de los
principales lineamientos de la teoría crítica de la sociedad (yen
especial de la teoría Marxiana) ha sido el de abstenerse de lo que
razonablemente puede llamarse especulación utópica. Se supone que la
teoría social debe examinar las sociedades existentes a la luz de sus
propias funciones y aptitudes, e identificar las tendencias demostrables
(si las hay) que puedan llevar a la superación de la situación dada.
Por inferencia lógica a partir de las condiciones e instituciones
prevalecientes, la teoría crítica puede también ser capaz de determinar
los cambios institucionales básicos que sean los previos requisitos para
el paso a un mayor grado de desarrollo: "mayor" en el sentido de un uso
más racional y equitativo de los recursos, de una reducción al mínimo
de los conflictos destructivos, y un ensanchamiento de! campo de la
libertad: Pero la teoría crítica no se aventuraba más allá de estos
límites por temor a perder su carácter científico.
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