"De aquí que en la distinción secular entre la libertad y
la autoridad, o en otros términos, entre el socialismo libertario
y el Estado clase, no se trate de aumentar la independencia individual en
detrimento de la ingerencia social, o de ésta en detrimento de aquella, sino
más bien de impedir que algunos individuos puedan oprimir a los otros; de
conceder los mismos derechos y los mismos medios de acción, y de sustituir con
la iniciativa de todos, que debe producir, naturalmente, ventajas a todos, la
iniciativa de algunos que necesariamente produce la opresión de todos los
demás; se trata siempre, en una palabra, de destruir la dominación y la
explotación del hombre por el hombre, de tal forma que todos resulten
interesados en el bienestar común, y las fuerzas individuales, en lugar de ser
suprimidas o de ser combatidas, destruyéndose una y otras, hallen la
posibilidad de un desarrollo completo y se asocien entre sí para mayores
ventajas de todos.
De lo anterior resulta que la existencia de un gobierno, aun
cuando fuera -según nuestra hipótesis- el gobierno de los socialistas
autoritarios, lejos de producir un aumento de las fuerzas productivas
organizadoras y protectoras de la sociedad, daría por resultado su considerable
aminoración, restringiendo la iniciativa a unos cuantos y concediendo a unos
pocos el derecho de hacerlo todo, sin poder, naturalmente, otorgarles el don de
la omniscencia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario