A pesar de
que muchos lo habían relegado al museo de la historia, el anarquismo
muestra hoy en día una pujante vitalidad, que se hace presente de
múltiples maneras a lo largo y ancho del planeta. Este vigor se explica
por el hecho de que, siendo refractario al estancamiento y a la simple
repetición, el pensamiento libertario ha sabido abrirse a su propia
renovación.
En un mundo huérfano de ideas
transformadoras, el anarquismo ha contribuido a revalorizar el
pensamiento utópico, impregnando las prácticas y las ideas de muchas
luchas no explícitamente anarquistas. La vitalitad del
anarquismo y su propia posibilidad de ser y continuar siendo depende
precisamente de esa capacidad de transformarse en y desde la acción, de
aunar ideas y práctica en la construcción de una realidad actual, no
dejando para mañana lo que puede ser hoy y, por lo tanto, no prometiendo futuros mejores a costa de sacrificar el presente.
En la presente obra el autor nos invita a descubrir las razones y las nuevas modalidades de este resurgimiento, que se manifiesta especialmente en el neoanarquismo y el postanarquismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario