El manifiesto nos muestra prácticas subersivas que tienen como punto de partida nuestra sexualidad y el control que tenemos sobre esta
El libro "responde en parte a la invisibilidad de ¡lesbianas, transexuales y bisexuales"
y también supone un punto de vista que expone al lector los mecanismos
del heterocentrismo y exige el fin de los órganos sexuales tal y como se
conocen, para ello invita a renunciar a los lazos de género que nos ha
asignado la sociedad.
El manifiesto nos muestra prácticas subersivas que tienen como punto
de partida nuestra sexualidad y el control que tenemos sobre esta.
La contra-sexualidad es un análisis crítico de las diferencias de
género y sexuales de una sociedad heterocentrada, deconstruye
sistemáticamente la naturalización y función reproductora de las
prácticas sexuales y el sistema de género.
La contra-sexualidad afirma que el deseo, la excitación sexual y el
orgasmo, no son sino los productos retrospectivos de cierta tecnología
sexual que identifica los órganos reproductivos como órganos sexuales,
en detrimento de la totalidad del cuerpo.
Mediante un contrato contra-sexual incluido en el libro, los cuerpos
dejan de ser hombre o mujer para pasar a reconocerse como “cuerpos
parlantes”, tanto a ellos mismos como a los cuerpos que les rodean.
Renunciando a ser reconocidos como una identidad sexual cerrada dada
anteriormente.
Resexualizar el ano,
considerado como la zona del cuerpo excluida de las prácticas
heterocentradas, la más sucia y la más abyecta, como centro
contra-sexual universal, zona de producción de placer que no puede
usarse para hacer distinción de géneros ya que es un emplazamiento de
pasividad primordial que todo el mundo tiene. En su uso no se fundamenta
ni como finalidad reproductiva ni como establecimiento de un nexo
romántico.
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