En el curso de la primavera de 1972, el filósofo comunista inglés John
Lewis consagró, en la revista del Partido Comunista británico, Marxism
Today, dos artículos al “caso Althusser”. Diagnóstico: “dogmatismo
agudo”. Pronóstico: “el enfermo no subsistirá demasiado tiempo”. El
punto de ataque es el humanismo. Para John Lewis no existe ningún
problema: la filosofía marxista es humanista. “El hombre hace la
historia”. El hombre hace la historia “trascendiendo” la historia. “El
hombre sólo conoce lo que él hace”. “La tesis de Althusser sobre la
ruptura epistemológica” es una “pura invención”. Marx fue, desde el
comienzo al fin, humanista y hegeliano. Creyente en el Hombre, en la
Alienación y en la Negación de la Negación (=trascendencia). Yo respondí
a John Lewis en un artículo publicado por Marxism Today en el otoño de
1972. Este libro es la versión castellana (tomada del francés) del texto
inglés, corregido y desarrollado en algunos puntos. Además incluyo una
nota política demasiado extensa como para aparecer en el artículo antes
mencionado. Al idealismo de John Lewis opongo las tesis materialistas
del marxismo-Ieninismo sobre la historia, la lucha de clases y la
filosofía. De todo ello, deduzco conclusiones teóricas. A propósito de
la “ruptura epistemológica”, mantengo mi tesis, si bien retomo mi
“autocrítica” del 67: mi desviación teoricista me había llevado,
fácilmente, en 1963-1965, a una concepción errónea de la filosofía. Y
saco las primeras consecuencias referidas a la historia del pensamiento
de Marx. Pero, fundamentalmente, me pregunto: ¿por qué este debate sobre
el humanismo? ¿Por qué esta ola de ideología burguesa en el marxismo?
Donde John Lewis se calla, yo hablo de política. En primer lugar: el XX
Congreso, su explicación pseudo-marxista de las “violaciones de la
legalidad socialista” por el “culto de la personalidad”. Los resultados.
Pero es preciso ver más allá del XX Congreso: a la larga lucha del
movimiento obrero por romper con la ideología burguesa y ocupar
posiciones proletarias. Porque el corazón de la ideología burguesa es la
pareja economicismo-humanismo. El humanismo, cuando no se reduce a un
simple discurso general, sino que constituye un sistema coherente y
durable, tiene siempre un reverso: el economicismo. Incluso en el
movimiento obrero. La prueba: la Segunda Internacional. La lucha
continúa.Louis Althusser
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