En el presente libro, Slavoj Zizek nos invita a pensar en Lenin como
afirmación pura de la política en un mundo cada vez más reificado por
las relaciones de producción capitalistas y más convencido de que el
capitalismo es el horizonte último de la socialidad humana. En su
opinión, los simulacros culturales de la sociedad del espectáculo han
inoculado en los movimientos de protesta una peligrosa ambigüedad a la
hora de pensar los procesos políticos constituyentes, jugando hábilmente
con la perennidad de las actuales formas de democracia parlamentaria y
de los modelos vigentes de legitimación del Estado constitucional. Tal
ambigüedad puede ser desplazada, a su juicio, mediante la recuperación
inédita de la tensión creativa de la acción y el pensamiento de Lenin,
ya que la imaginación de una nueva política constituye la condición sine
qua non de una acción que sea radicalmente transformadora. Slavoj Zizek
reivindica a Lenin para pensar nuevas formas de política que permitan
concebir un orden global más justo, democrático e igualitario, y eludir
así los tristes presagios que el poder nos quiere imponer en el
fascinante nuevo desierto de lo real.
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