
Nacido
en Hagetmau, Landas (Francia), Henri Lefebvre estudió filosofía
en La Sorbona de París, donde se graduó
en 1920. Ya en esta etapa universitaria mostró
claras simpatías hacia las ideas que se giraban
en torno al proceso de la revolución de Octubre
en Rusia. Su actividad periodística en distintas
publicaciones de la izquierda le reveló como
un joven filósofo marxista, con gran influencia
sobre el pensamiento francés de su generación.
En 1928, ingresó en el Partido Comunista Francés,
donde militó durante una década, antes
de abandonar una estructura en exceso rígida
y sujeta a la disciplina estalinista. Traductor de Karl
Marx, prosiguió una línea de reflexión
basada en un marxismo humanista. Su obra Le Materialisme
Dialectique, aparecida en 1939, le sitúa fuera
del estalinismo y le aleja del Partido Comunista, del
que no será expulsado hasta 1958. La publicación
de Le Materialisme Dialectique, Le Nationalisme
contre les Nations y Hitler au pouvoir. Les
enseignements de cinq années de fascisme en Allemagne,
le convirtió en blanco de las fuerzas de ocupación
alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, lo que le
unió en 1941 a la resistencia francesa, abandonando
su trabajo como profesor de filosofía en institutos
de provincias. Concluida la guerra, fue director de
la Radiodifusión Francesa en Toulouse hasta 1949.
Enfrentado al pensamiento estructuralista francés,
muy orientado por Althusser, sus planteamientos del
marxismo humanista tuvieron una gran influencia en el
pensamientos de los años sesenta y setenta. Profesor
de filosofía en Nanterre, vivió muy de
cerca el Mayo del 68; este mismo año ganó
una plaza de sociología en la Universidad de
Estrasburgo y abandonó las clases en París,
donde fue sustituido por Edgar Morin. Su carrera académica
como profesor de sociología expresa el desplazamiento
desde el campo de la filosofía, que lleva a Lefebvre
a desarrollar tres líneas centrales en su trabajo:
la ciudad y su espacio social, la vida cotidiana y el
fenómeno de la modernidad. Su interés
ya no por las estructuras, sino por las coyunturas,
le acerca al movimiento situacionista. En 1978 retornó
al Partido Comunista, al entender que su mayor independencia
de Moscú había creado unas nuevas condiciones
para el trabajo político y el debate de la izquierda,
y sin que ello fuese a suponer una renuncia a su libertad
de pensamiento.
Los textos de Lefebvre, traducidos a numerosas lenguas,
le han dado mayor notoriedad fuera de Francia que en
su país natal. En Estados Unidos, el pensamiento
postmoderno ha recurrido a sus análisis sobre
la modernidad y la vida cotidiana.