Este libro se sitúa donde la mayoría de las historias del movimiento feminista español se detienen: la década de los noventa.
A
partir de una amplia base gráfica y documental y a caballo de tres
grandes hilos narrativos (autonomía, genealogía de las diferencias y
mapas de la globalización), Silvia L. Gil desbroza cuestiones como el
fin del sujeto único del feminismo, las posibilidades transformadoras de
la autonomía y la diferencia en un capitalismo que se nutre de las
mismas y, sobre todo, la posibilidad de preguntarse por lo común, cuando
la experiencia de lo compartido parece haber sido robada, y cuando el
malestar y la vulnerabilidad de los cuerpos se sienten a flor de piel.
Señala, en definitiva, una de las preguntas fundamentales de nuestro
tiempo: ¿cómo ser capaces de dibujar sentidos comunes en la dispersión?
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