- Montserrat Galcerán, nacida en Barcelona en 1946, es catedrática de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y activista de distintos colectivos sociales. Militante comunista durante las feroces décadas de 1960 y 1970, ha tratado de conciliar y reforzar, en una suerte de feedback virtuoso, la actividad intelectual y la participación política. Fruto de este difícil encuentro se debe mencionar su participación en espacios híbridos, entre la investigación y la militancia, como la Universidad Nómada, o su crucial apoyo a las distintas oleadas del movimiento estudiantil madrileño. Entre sus principales obras figuran La invención del marxismo (Madrid, Iepala, 1997), Silencio y olvido. El pensar de Heidegger durante los años 30 (Hondarribia, Hiru, 2004) y, en colaboración con Mario Dominguez, Innovación tecnológica y sociedad de masas (Madrid, Síntesis, 1997).
jueves, 9 de febrero de 2012
Deseo (y) libertad. Una investigación sobre los presupuestos de la acción colectiva, Montserrat Galceran
Quizás pocos términos estén tan manidos y hayan sido tan usados como el
de libertad. Sin aparentes dobles sentidos, fruto de un consenso que no
necesita demostración, las sociedades modernas gritan por todas las
esquinas que definitivamente y sin duda “somos libres”. Pero ¿qué quiere
decir aquí “ser libres”? Para responder a esta pregunta este libro
desarrolla una larga pesquisa filosófica y política acerca del concepto
de libertad desde el pensamiento ilustrado. Y precisamente contra su
naturalización, la autora pone en tela de juicio sus presuntos apoyos
indiscutibles: el individuo y el Estado. A partir, entonces, de la
crítica de Marx, de la negación en Spinoza del libre albedrío, del
cuestionamiento feminista y de la rica máquina conceptual de Deleuze y
Guattari, repropone una concepción de la subjetividad, en la que lo
“común”, y lo “común” en la acción política, se vuelven la auténtica
clave de la libertad. En este marco, la liberad se traduce en deseo: en
deseo de la potencia del vivir, en deseo de alianza con los otros, en
deseo de construir las condiciones de liberación colectiva. Lejos del
individualismo solipsista de la libertad liberal que sólo puede pensar
lo colectivo como pacto, esta lectura nos permite entender una nueva
constitución subjetiva que aprovecha y refuerza esa energía activa del
vivir que, como demuestra Galcerán, no puede darse más que en ese
espacio siempre por construir que llamamos lo “común”.
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