Este
esbozo sobre la trayectoria de mis estudios en el campo de la economía política
tiende simplemente a demostrar que mis ideas, cualquiera que sea el juicio que
merezcan, y por mucho que choquen con los prejuicios interesados de las clases
dominantes, son el fruto de largos años de concienzuda investigación. Pero en
la puerta de la ciencia, como en la del infierno, debiera estamparse esta
consigna:
Qui si convien lasciare ogni sospetto;
Ogni viltá convien che qui sia morta.
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