Cuatro economistas franceses —Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdiniak— han redactado este Manifiesto
que pretende recoger y señalar las mentiras sobre las que se asienta el
presente sistema económico. La crisis actual presenta la peculiaridad
de que no ha supuesto un replanteamiento de las políticas económicas que
se viene aplicando en los últimos treinta años, y cuyo fracaso parece
evidente a la luz de los acontecimientos. Sin embargo, lejos de
considerarlas fracasadas, sus postulados sirven para promover programas
de reformas y ajustes que ya han demostrado su capacidad de incrementar
la inestabilidad y las desigualdades.
¿Cómo es posible que economistas y políticos se obstinen en defender y
promulgar esquemas y programas que no funcionan ni han de funcionar, y
que la población los secunde? Porque se nos miente. Lo que estos cuatro
economistas —y con ellos los más de tres mil que se han unido a este Manifiesto—
pretenden subrayar es la serie de falsedades sobre las que se asienta
nuestro sistema económico. Falsedades que se repiten en los medios de
comunicación y que, a fuerza de ser repetidas, calan entre la población,
justificando así el mantenimiento de ciertas políticas económicas que
sólo han demostrado su eficacia en una cosa: favorecer a los más ricos a
costa de las clases medias y de quienes menos tienen.
El Manifiesto de economistas aterrados recoge diez de estas
falsas evidencias que se nos repiten sin cesar. Y junto a ellas proponen
para su debate veintidós medidas factibles con que hacerles frente y
plantear otra estrategia económica y social. El Manifiesto pues
no se dirige únicamente a los economistas, sino que pretende servir de
herramienta para los ciudadanos que están siendo expoliados,
proponiéndoles conceptos que contribuyan a demostrarles que existen
otras opciones a parte de las que interesadamente se insiste en
repetirles.
Estas son las diez falsas evidencias que los cuatro economistas núcleo de este Manifiesto
desmontan: los mercados financieros son eficientes. Los mercados
financieros favorecen el crecimiento económico. Los mercados son buenos
jueces de la solvencia de los Estados. El alza excesiva de la deuda
pública es consecuencia de un exceso de gasto. Hay que reducir los
gastos para reducir la deuda pública. La deuda pública traslada el peso
de nuestros excesos a nuestros nietos. Hay que tranquilizar a los
mercados financieros para financiar la deuda pública. La Unión
Europea defiende el modelo social europeo. El euro es un escudo contra
la crisis. La crisis griega ha permitido por fin avanzar hacia un
gobierno económico y una verdadera solidaridad europea.
Mientras que en los periódicos, radios y televisiones les cuentan las
mentiras de siempre, las que defienden los interese de unos pocos por
medio de economistas voceros de un sistema que se ha demostrado fallido,
en pocos lugares tendrán la oportunidad de oír la voz de estos otros
economistas. Provenientes de horizontes teóricos muy distintos no se
resignan a la consagración de la ortodoxia neoliberal (casi una cuestión
de fe) y consideran necesario cambiar el paradigma dominante de las
políticas económicas.
En poco más de cincuenta páginas el Manifiesto de economistas aterrados
analiza de manera sencilla y comprensible las mentiras más recurrentes
que desde las más altas instancias se están utilizando para desmontar el
Estado del Bienestar y propiciar una redistribución de la riqueza hacia
arriba (de los trabajadores hacia los poseedores de grandes
fortunas). Este libelo recoge sus ideas y, lo que tiene más valor, sus
propuestas. Lean el Manifiesto, sopesen las medidas que
propone. En definitiva, escuchen voces alternativas aunque suene débiles
entre los gritos vocingleros de quienes defienden sus bolsillos llenos.
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