jueves, 3 de mayo de 2012

El pensamiento de Castoriadis (2 Vols.)

 

El 26 de diciembre de 1997 murió el filósofo y psicoanalista Cornelius Castoriadis. En nuestro país la muerte de Castoriadis -como su existencia y su filosofía- pasó casi desapercibida. Pero, dirán algunos, ¿por qué habría que tomar en cuenta su muerte y, sobre todo, su filosofía? Después de todo, ¿quién fue Cornelius Castoriadis? Pese a radicar en París nunca sonó entre los fenomenólogos ni entre los existencialistas, tampoco fue estructuralista o posestructuralista -ni siquiera puede colocarse al lado de los posmodernos, aunque algunos lo quisieran asimilar a esta corriente por su tentativa posmarxista. Aunque ciertamente partió del marxismo, la filosofía de Castoriadis no puede ser entendida como una variante más del “marxismo occidental” por su radical ruptura con los supuestos esenciales que comparten todas las corrientes marxistas. De hecho, la originalidad del pensamiento de Castoriadis impide el fácil expediente de encajarlo dentro de algunas de las tendencias principales de la filosofía de este siglo. Sin embargo, continuarían los objetores, si ese supuesto “pensamiento original” del tal Castoriadis es prácticamente desconocido en los circuitos académicos, ¿no será, justamente, porque no fue tan original ni tan importante? ¿Realmente habría que tomar en cuenta su muerte y su filosofía? ¿Acaso tuvo la talla de un Husserl o un Heidegger, jugó un papel como el de un Sartre o un Lukács? ¿Llevó a la crítica filosófica hasta donde la colocaron un Wittgenstein, un Popper o un Adorno? ¿Fue acaso tan importante como lo es Habermas en las ciencias sociales? ¿Es tan actual como Vattimo o Lyotard? Si en verdad nos lamentamos por el desconocimiento de la filosofía de Castoriadis en nuestro país, como es el caso, entonces no podemos eludir este tipo de cuestionamientos –las objeciones que podrían oponer filósofos acostumbrados a sacralizar autores, a rumiar textos de la historia de la filosofía o a navegar en las corrientes de las modas intelectuales. Tal vez sea necesario, entonces, contrastar el proyecto filosófico de Castoriadis con otros pensamientos de este siglo para destacar su importancia. Sin duda esta diferenciación resultará desconcertante para un pensamiento que, encerrado en la academia, se dedica a “interpretar” textos y autores, sin tomar posición respecto a las interrogaciones que discute la verdadera filosofía. El pensamiento de Castoriadis, en todo caso, es un buen correctivo para tales prácticas estériles.[SEGUIR LEYENDO]

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VOLUMEN II

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