La historia del Partido Comunista italiano es mucho más que la simple
historia de un partido: es la de los movimientos ideológicos que
agitaron y conformaron las distintas corrientes comunistas a lo largo
del siglo XX. La influencia del PCI en los partidos comunistas europeos
–y singularmente en el Partido Comunista de España– fue intensa y
duradera.
Desde el XX Congreso de 1991, en el que se decretó la muerte del PCI, han pasado18 años. Fue aquella una muerte deliberada, a la búsqueda de un “nuevo inicio”. Un nuevo inicio que no se produjo. Contrariamente, lo que aconteció fue la pérdida de un patrimonio político, organizativo y teórico que estaba entre los más consistentes y articulados del panorama mundial.
El PCI, desde su fundación en 1921 a la lucha partisana, del giro de Salerno de 1944 a la desestalinización de 1956, del largo sesenta y ocho al compromiso histórico, ha atravesado y protagonizado casi un siglo de la historia italiana y mundial. Un camino que Lucio Magri recorre sin eludir los aspectos más conflictivos de las decisiones tomadas, ni su vinculación con los acontecimientos políticos internacionales.
En los años setenta, el PCI había alcanzado su plena madurez, estaba en pleno ascenso y convencido de proseguir por una “vía italiana al socialismo”. En los años ochenta –no obstante inercias y retrasos– la potencialidad transformadora del partido, su capacidad de influencia y su notable masa de seguidores dejaban a las claras que su fuerza era todavía enorme. ¿Por qué en aquel congreso de 1991 se decidió su liquidación? ¿Y cuáles han sido hasta hoy sus consecuencias, tanto en Italia como a escala internacional?
Con rigor y pasión, El sastre de Ulm ofrece una original e iluminadora interpretación historiográfica del mayor partido comunista de Occidente, al tiempo que pone de manifiesto las esperanzas políticas y la tallaintelectual de un militante herético.
Lucio Magri (Ferrara 1932) es uno de los exponentes de mayor relieve de la izquierda crítica del PCI. Estuvo entre los fundadores, en 1969, de il manifesto del que fue también director. Expulsado del PCI en 1970, pasó a ser secretario del PDUP (Partido de la Unidad Proletaria) de 1976 a 1984. Al producirse la convergencia del PDUP hacia el PCI sobre la base del profundo giro impuesto por Berlinguer, Magri fue llamado de nuevo a la dirección del PCI.
Posteriormente, Magri fue el primero en oponerse a la propuesta de disolución, y fue uno de los organizadores de un amplio frente del NO. Después de la escisión y formación de Rifondazione comunista, aceptó presidir su grupo parlamentario, pero dimitió al constatar que al nuevo partido carecía de una voluntad auténtica para establecer una verdadera refundación, y gradualmente fue renunciando a la política activa. Del 2000 al 2005 ha dirigido la rivista del manifesto, suplemento mensual del periódico.
Desde el XX Congreso de 1991, en el que se decretó la muerte del PCI, han pasado18 años. Fue aquella una muerte deliberada, a la búsqueda de un “nuevo inicio”. Un nuevo inicio que no se produjo. Contrariamente, lo que aconteció fue la pérdida de un patrimonio político, organizativo y teórico que estaba entre los más consistentes y articulados del panorama mundial.
El PCI, desde su fundación en 1921 a la lucha partisana, del giro de Salerno de 1944 a la desestalinización de 1956, del largo sesenta y ocho al compromiso histórico, ha atravesado y protagonizado casi un siglo de la historia italiana y mundial. Un camino que Lucio Magri recorre sin eludir los aspectos más conflictivos de las decisiones tomadas, ni su vinculación con los acontecimientos políticos internacionales.
En los años setenta, el PCI había alcanzado su plena madurez, estaba en pleno ascenso y convencido de proseguir por una “vía italiana al socialismo”. En los años ochenta –no obstante inercias y retrasos– la potencialidad transformadora del partido, su capacidad de influencia y su notable masa de seguidores dejaban a las claras que su fuerza era todavía enorme. ¿Por qué en aquel congreso de 1991 se decidió su liquidación? ¿Y cuáles han sido hasta hoy sus consecuencias, tanto en Italia como a escala internacional?
Con rigor y pasión, El sastre de Ulm ofrece una original e iluminadora interpretación historiográfica del mayor partido comunista de Occidente, al tiempo que pone de manifiesto las esperanzas políticas y la tallaintelectual de un militante herético.
Lucio Magri (Ferrara 1932) es uno de los exponentes de mayor relieve de la izquierda crítica del PCI. Estuvo entre los fundadores, en 1969, de il manifesto del que fue también director. Expulsado del PCI en 1970, pasó a ser secretario del PDUP (Partido de la Unidad Proletaria) de 1976 a 1984. Al producirse la convergencia del PDUP hacia el PCI sobre la base del profundo giro impuesto por Berlinguer, Magri fue llamado de nuevo a la dirección del PCI.
Posteriormente, Magri fue el primero en oponerse a la propuesta de disolución, y fue uno de los organizadores de un amplio frente del NO. Después de la escisión y formación de Rifondazione comunista, aceptó presidir su grupo parlamentario, pero dimitió al constatar que al nuevo partido carecía de una voluntad auténtica para establecer una verdadera refundación, y gradualmente fue renunciando a la política activa. Del 2000 al 2005 ha dirigido la rivista del manifesto, suplemento mensual del periódico.
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